La esencia del gesto
Pero ¿dónde encuentran esas líneas en la naturaleza? Yo solo veo cuerpos iluminados y cuerpos que no lo están, planos que avanzan y planos que retroceden, relieves y cavidades. Mis ojos nunca perciben ni líneas ni detalles.
Con un estilo marcadamente expresivo, espontáneo, liberado de los rigores de la técnica y de los formalismos pictóricos, la obra de Vilma Di Taranto es una propuesta de riguroso carácter sensitivo; una invitación a vivir la experiencia óptica que se desprende de la particular mirada de la artista. Una mirada que traduce la realidad en luz, color y movimiento.
La luz como punto de partida, etérea y en perpetuo cambio (que escapa de la posibilidad de ser definida y perfilada por la línea) es la que revela tanto el color como el movimiento.
En segundo lugar, el color, con el que suele trabajar con una paleta acotada, pero de la que exprime todos sus matices y sutilezas experimentando con las texturas, la intensidad y la superposición de distintos tonos.
Y, finalmente, el movimiento, que está presente no solo en los ritmos que generan los elementos del lienzo si no la propia ejecución del mismo, ese gesto que se revela y pervive en el trazo, y que convierte la pintura en un paisaje dinámico.
Las pinturas de La esencia del gesto vienen acompañadas por una videoinstalación que actúa como una oportuna guía para adentrarnos un poco más en la visión de la autora. Compuesta a partir de pequeñas grabaciones realizadas por la artista y que captan «anécdotas visuales» de la naturaleza (destellos de sol en el agua, el movimiento de las nubes), condensan en su conjunto el peculiar foco con el que Vilma localiza aquellas texturas, ondulaciones, ritmos, vibraciones y estallidos que luego traslada a su pintura.
