Guillem Pujol (Reus, 1987) es un artista plástico y diseñador gráfico que trabaja con diversas técnicas de pintura y escultura. Su obra gira principalmente entorno a la violencia y la brutalidad, conceptos que explora de forma simultánea desde dos perspectivas: una meramente física (relacionada con el cuerpo) y otra social y cultural.

 En el arte de Guillem el cuerpo adquiere una dimensión identitaria: el cuerpo no es una vasija en la que habitamos, el cuerpo somos nosotros. Partiendo de esta principio, el sexo y la muerte son temas recurrentes en su pintura; más allá de la simple provocación, busca con ello recordarnos nuestro origen e identidad en la "máquina blanda", un organismo que sangra, vomita, defeca, orina, suda, eyacula, gesta y se pudre. Aunque es una constante en su trabajo, esta idea se desarrolla principalmente en la serie "Sólo somos un trozo de carne".

El cuerpo en la obra de Pujol se representa como ente orgánico, imperfecto, vivo, mutable, frágil, perecedero y mutilable; el objeto sobre el que a última instancia dirigimos –paradójicamente– tanto todo nuestro deseo como desprecio y brutalidad.

Por otro lado, Pujol contempla la brutalidad como fenómeno inherente al ser humano, que persiste a lo largo del tiempo y que está presente en todos contexto cultural, manifestándose de una u otra forma. Desde la institucionalización de la violencia y el salvajismo –que llevó a cabo el régimen nazi o, en un caso más reciente, el Daesh– y que se basa en la idea de exterminio físico del enemigo, del "otro"; hasta las explosiones de brutalidad que espontáneamente brotan en las sociedades supuestamente pacíficas y bienestantes; materializándose en matanzas misántropas como la de Columbine o mediante la glorificación mística de la violencia y la muerte que se da en diversas sectas occidentales (desde la Familia Manson hasta la matanza de Johnston).
                                                           
La representación estética de estos temas no puede ser sino visceral, directa, imperfecta y feísta, a la vez que naif. Y es que la brutalidad no está presentada de forma estilizada (que la ensalzaría) o hiperrealista (que exhortaría a la morbosidad), sino infantil, primitiva, con una expresión pura, virgen, irracional, espontánea e instintiva, es decir, coherente consigo misma.

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Proyectos en los que participa
Matarratas (LM/001)
Brutor (LM/002)
Primitivo
Máquina futura (LM/006)
Ca de Bestiar